La UMAFY parte de la idea que los estudiantes pueden progresar en el estudio de forma independiente y autónoma. Ello requiere de la motivación, elemento básico para interpretar, procesar e integrar datos de forma significativa. En la UMAFY cada estudiante debe elegir entre limitarse a ser un estudiante-alumno, que sigue en todo momento las indicaciones de los profesores o las de los diferentes temas, y convertirse en un buen estudiante-estudiante. Y la diferencia es una cuestión de actitud. Las actitudes predominantes del estudiante son, a diferencia de las del alumno, la curiosidad y el espíritu crítico. Es decir, el deseo de conocer más y más y el deseo constante de poner en tela de juicio lo que se aprende. Ambas actitudes implican llevar a cabo algo que no hace un alumno: Investigar. E investigar consiste en ir siempre más allá en el estudio: profundizando y poniendo en duda lo que va conociendo.