Mariano García y Zalba


…Posteriormente entra en la Banda de Música del VI Batallón Ligero, donde toca el figle, instrumento que llegó a dominar a la perfección, por lo que pronto se hizo músico titular del mismo. Es en esta época cuando empieza su labor de compositor y escribe varias obras para banda que se llegaron a interpretar con general aplauso.

Durante unos años siguió la profesión de músico militar, recorriendo diferentes guarniciones hasta que, abandonando tal empleo, regresa a Pamplona para establecerse definitivamente.

Formó parte de nuevo de la Capilla de Música de la Catedral, donde ocupa, con tan solo 15 años la Capellanía Nº 29 reemplazando a los bajos, además de ser organista y compositor en la misma. Con fecha 26 de septiembre de 1828 solicita y se le concede la Nº 24, vacante por la promoción de don Hilarión Eslava a la catedral de Burgo de Osma (y posteriormente a las de Sevilla y Capilla Real de Madrid). En 1829 renuncia a su capellanía y al año siguiente el Cabildo le concede licencia para salir del reino.

Estaba casado con Narcisa Martínez y tenía tres hijos: Mauricio, María Cruz y Ricardo.

De 1830 a 1833 Mariano recorre diversos puestos musicales. En febrero de 1833 se encuentra en Valladolid y en marzo de ese mismo año se traslada a Pamplona, nuevamente a la Catedral. En junio de 1836 deja la Catedral de Pamplona e ingresa en el Regimiento Provincial de Orense. Unos meses más tarde vuelve a Pamplona, donde permanecerá hasta muerte.

Sus grandes conocimientos musicales, su actividad incansable y su profundo amor al trabajo le movieron a fundar la Academia de Música, sostenida durante varios años a sus expensas, hasta que alcanzó tal renombre que el Ayuntamiento de Pamplona creyó oportuno apoyarla, haciéndose cargo de ella. El primer Reglamento de la Escuela de Música de Pamplona fue aprobado por el Ayuntamiento el 21 de julio de 1858. García fue nombrado director, con 6.000 reales anuales de sueldo, el 18 de septiembre… (5).

De esta época datan la mayoría de sus composiciones (en la Catedral de Pamplona se conservan 118 partituras, en la de Santiago de Compostela 27, en la de Palencia 28 y varias en la Colegiata de Roncesvalles) que, al decir de Eslava, fueron muy estimadas por la claridad y sencillez de sus ideas, por su buena estructura, y sobre todo por su buen gusto. Muchas de ellas, de car·cter religioso, se encuentran en Santiago de Compostela y Palencia, aunque la práctica totalidad están depositadas en el Archivo de la Catedral de Pamplona. Compuso entre otras muchas y muy notables, El Miserere llamado magno, las Siete Palabras (sustituidas en la función catedralicia de Pamplona por las de Dubois), La Despedida de las Flores de Mayo, La Misa a 8 con coro de Sochantres, Ave maris stella, Stabat Mater dolorosa, La Misa de la Vela, dedicada a la Parroquia de Aoiz y estrenada en Aoiz por el coro San Miguel de la Villa el 10 de agosto de 1975. Obra compuesta en la tonalidad de Fa M. para 4 y 8 voces, para Orquesta y Coro Mixto a cuatro voces. Es Misa festiva dentro de la línea de Eslava.

Mariano fue un autor muy interpretado a mediados del s. XIX y principios del XX. Según Leocadio Hernández Ascunce la fama de este compositor con algunas de sus obras trascendió a todos los ámbitos de la Península (La música sacra en la historia Pampilonense, en Tesoro Sacro Musical. Madrid, 1947, n. 12, pág. 92). Una de las más populares fue su despedida a la virgen Adios, Reina del cielo.

Pero acaso la más notable son las Vísperas grandes de San Fermín. Datan de 1855 y constan de cuatro fragmentos: Deus in adjutorium, Dixit Dominus, Beatus vir y Magnificat. Se interpretan en la tarde del 6 de julio en la Iglesia de San Lorenzo. La versión actual consta también de dos añadidos, el Laudate (1878) y el Himno a San Fermín a 4 voces y coro debidos a Joaquín Maya. Se interpretaron hasta 1940 y fueron reintroducidas después y forman parte de la identidad del pueblo y sus tradiciones.

Era asiduo colaborador de la Asociación de San Luis Gonzaga, para la que compuso infinidad de motetes de comunión, salves y letrillas para otros cantos. Obras todas que alcanzaron gran popularidad y que, así como las anteriores, se interpretan todavía.

Sus composiciones revelan un temperamento musical muy personal y propio; sus melodías son de gran sentimiento y su armonización acabada y perfecta.

Humanamente era hombre de carácter bondadoso y jovial y jamás supo negarse a hacer un favor. Este modo de ser y su reconocido talento musical le granjearon las simpatías de cuantos le conocieron. Su muerte acaecida en Pamplona el 5 de febrero de 1869, después de recibidos los santos sacramentos… (6), fue sentida y llorada por todos.

Mariano García nos dejó, además de sus obras, el grato recuerdo de su carácter alegre y espíritu generoso.

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(5) Cita de Fernando Pérez Ollo en su libro: Miguel Astrain, el Vals y  el Riau-Riau.
(6) Arch. Parroq. San Juan Bautista de Pamplona, Libro de Difuntos, desde 1855 a 1878, fol. 132, asiento n∫ 14.