Ésta es una historia de cosas pequeñas y de cosas grandes, o mejor sería decir que trata de cosas pequeñas que en realidad, y al mismo tiempo, son cosas grandes, algo muy grande, único. Es una historia que tiene lugar todos los días, desde el año 1976, en un pequeño pueblo de Navarra, la Villa de Aoiz (2.500 habitantes): son los años que han transcurrido desde que Salvador Gutiérrez Alcántara -nuestro Salva- junto con una pandilla de mozos y mozas de la villa pusieran en marcha Bilaketa , un grupo que pretendía dinamizar la vida cultural y social de su pueblo. Por aquel entonces ninguno había cumplido todavía los dieciocho años, y lo que empezó de una manera pequeña, reuniéndose en la plaza del pueblo a falta de otro local, tiene ya una grandeza de la que estar orgulloso: todos estos años de dedicación que, por sí mismos, dicen mucho de la entidad.

Bilaketa cuenta con tres áreas de actuación, a saber: cultura, juventud y mayores. En todas ellas se cumple lo que ya anunciábamos al principio, de que esto era una historia de cosas pequeñas y grandes.

Porque la atención a los mayores va desde organizar un viaje cultural, a poner en marcha y mantener en funcionamiento el programa denominado Universidad para Mayores Francisco Ynduráin en donde encuentran motivo de encuentro y reunión personas mayores de toda Navarra (dicha entidad imparte clases en Aoiz, Estella y Pamplona, y todas las personas que colaboran con ella son voluntarias); desde el Área de Cultura un día se organiza un concierto para los habitantes de Aoiz y al siguiente ya se está trabajando en la preparación de los certámenes internacionales de poesía, narrativa, pintura y escultura, a los que se presentan creadores de los cinco continentes y que cuentan con una generosa dotación económica.

Ése es el gran ejemplo de Bilaketa, algo que muchos y muchas creemos que merece perdurar y ser reconocido, algo que tan sólo se explica apelando al sentido más auténtico de la palabra amor.